Javi Navarro

Tras las manifestaciones del 15M, se organizaron acampadas en las plazas más importantes de muchas ciudades españolas. Estas acampadas se prolongaron durante días y, el día antes de la jornada de reflexión de las elecciones locales (y autonómicas en algunas regiones), la Junta Electoral Central las prohibió.

Los acampados decidieron no acatar la prohibición y seguir ocupando las plazas manifestándose. Os dejo algunas fotos de este día en Granada.

La Plaza del Carmen, donde se encuentra el Ayuntamiento de Granada, ocupada por los manifestantes.

Ejemplar de la Constitución Española, pegado en una pared, con el articulo 21 destacado, que dice: 1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa. 2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas y bienes.

A pesar de la prohibición, la acampada continuó de forma pacífica y la policía no desalojó las plazas.

Uno de los lemas de las acampadas "Yes, we camp" en una pancarta dibujada por El niño de las pinturas (grafitero granadino) presidiendo la entrada a la Plaza del Carmen.

Que los bancos utilicen nuestro dinero irresponsablemente y lo pierdan.

Que los bancos pidan dinero al gobierno y éste se endeude para dárselo.

Que el gobierno tenga que hacer recortes de todo tipo para subvencionar bancos.

Que los bancos no den crédito y la economía se hunda.

Que las empresas despidan gente y esta gente no pueda pagar su hipoteca.

Que los bancos ejecuten las hipotecas y acumulen casas.

Que los bancos, a pesar de estar en números rojos, no saquen al mercado las casas que tienen a un precio razonable

ya que el gobierno los subvenciona.

Que esto sea un círculo vicioso y la situación se degrade cada vez más.

Que la corrupción esté a la orden del día y no pase nada.

Puede parecer que los políticos estén al servicio de las grandes empresas y su propio bolsillo y no escuchen a los ciudadanos.

Y puede pasar que la gente se organice por sí misma para expresar su descontento y pedir un cambio.

Que los periodistas desinformen, bien por su ignorancia, bien por interés.

Que los políticos ninguneen al ciudadano y utilicen todos los medios a su alcance para silenciarlo.

Pero las protestas pueden durar más de lo que muchos piensan. Pueden crecer y extenderse. Organizarse y concretarse.

Se pueden pedir responsabilidades a quienes las tienen y exigir lo que todos consideramos justo y nos han hecho creer una utopía: Ética y gobierno en favor del ciudadano.

Si en países sin libertad y con durísima represión se ha derrocado al gobierno, ¿por qué no podemos conseguir cosas mucho más sencillas aquí? ¿Y en toda Europa? ¿Cuánto puede estar un gobierno sin escuchar a miles de personas en la calle?

No sé si el movimiento de estos días pasará como agua de mayo, pero está claro que Internet ha hecho posibles grandes cambios políticos en países no democráticos y esta por llegar un cambio en la democracia degradada que conocemos.

Quizá ahora no, pero puede pasar...