Comida polaca
Esta imagen (de un restaurante en Varsovia) vale más que mil palabras.
En Polonia se come mucho. Pero mucho, mucho... y consistente, pero tela, tela...
Uno de los platos típicos de la cocina polaca son los Pierogis, una especie de raviolis aunque algo más grandes. Los hay con varios rellenos: col, puré de patata, queso, cebolla (por separado o varios ingredientes juntos). Es una de las primera comidas que probamos y están buenos, aunque no hay que excederse ya que son muy pesados.
En Varsovia probamos también el Zurek, una sopa tradicional Polaca a base de harina de centeno fermentada. La que nosotros probamos llevaba huevo duro y embutido dentro. Con un plato de esta sopa puedes subir y bajar el Everest en una tarde. Claro que nosotros (ignorantes) pedimos también segundo plato.
Son muy habituales los platos que incluyen col, como la carne picada con arroz y especias envuelta en hojas de esta verdura. Este fue mi segundo plato tras el Zurek.
En cuanto a los postres, los polacos hacen una gran variedad de tartas y pasteles. Son famosos también los Pierniki de Torun; con almendras, nueces, especias, miel y algunos cubiertos de chocolate; aunque a nosotros no nos hicieron mucha gracia.
La verdad es que en Polonia comimos mucho y muy bien. Al principio cuesta adaptarse y tomarle la medida a los platos (como tres noches sin cenar) pero luego, el estómago se ensancha y te pones al ritmo local...