La basílica de San Pietro in Vincoli alberga otro de los tesoros de Roma, el Moisés de Miguel Ángel.
Cuentan que al terminarlo, el artista golpeó con un martillo la rodilla de la estatua y le ordenó que hablase ya que era lo único que le faltaba para parecer viva. No habló, pero quedó una señal en el mármol que puede verse hoy.
Curioso el juego que hacen en este escaparate de Gucci (o sea). En él aparece la Plaza de España y la Via dei Condotti, que es la calle en que está la propia tienda.
Para fijarse en los detalles...
En la Via dei Condotti están las tiendas más pijas de Roma. Donde las dependientas dan la bienvenida efusivamente y, si es necesario, besan al perro de la clienta de turno.
Y también hay músicos callejeros, para los que pasen de escaparates.