El Moisés de Miguel Ángel
La basílica de San Pietro in Vincoli alberga otro de los tesoros de Roma, el Moisés de Miguel Ángel.
Cuentan que al terminarlo, el artista golpeó con un martillo la rodilla de la estatua y le ordenó que hablase ya que era lo único que le faltaba para parecer viva. No habló, pero quedó una señal en el mármol que puede verse hoy.